En el camino me encontré una rama, unas zapatillas y una sandia. A la rama la deseché, la deje de lado, al menos eso creo... seguí caminando, y me probé las zapatillas, no me gustaron como quedaban conmigo, así que decidí dejarlas guardadas, por si algún día las tendría que usar... A la sandía la probé, la sigo probado.
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